Nunca me gustó eso de etiquetar a las bandas. A WOLF se la viene encuadrando dentro del marco de la denominada “The New Wave Of Trad Heavy Metal”. Esta etiqueta sólo sirve para situar a las bandas cronológicamente, es decir, que estamos ante una de esas bandas que practica un Heavy Metal a la NWOBHM y que su trayectoria no viene a ser muy longeva.
Tres años desde la edición de “The Black Flame”, los suecos retornan con su quinto disco con un line-up renovado. El auténtico amo de la jauría, el único que lleva alimentando a la bestia desde el principio, el cantante y guitarrista Niklas “Viper” Stalvind y el otro hacha de las seis cuerdas, Johannes “Axeman” Losback, se quedaron solos al frente del grupo tras la salida del bajista Mikael Goding y del batería Tobias Kellgren. No se dejaron amilanar por las adversidades y recompusieron WOLF con los elementos necesarios: Anders “Tornado” Modd (bajo) y Richard “Raptor” Holmgren (batería). Pero las novedades no acaban ahí. La producción también ha sufrido cambios, pues han prescindido de los servicios de Fredrik Nordström para contar con los del también reputado Roy Z. Como suele ser habitual en los trabajos de este hombre (guitarrista él), las guitarras tienen una gran presencia.
Ya desde el comienzo con “Speed On” gozamos de un despliegue sónico en el que el juego de guitarras es alucinante, una canción cuyo aroma ochentero tira de espaldas. “Curse You Salem” viene a revalidar una actitud, esa que pasa de las modas imperantes y que responde únicamente al dictamen de los sentimientos. “Voodoo”, es el primer single, una canción que a primera vista puede resultar simple en su estructura y su estribillo, pero tiene un encanto especial y una parte final apoteósica en la que Niklas se sale cantando, demostrando que tiene un potencial envidiable. “Hail Caesar” es otro punto a favor de un disco que engancha. La sombra del estribillo planea durante todo el tema tomando forma a base de unos coros hímnicos.
Como suele ser habitual en WOLF, las influencias de IRON MAIDEN también afloran, aunque cada vez menos. Es el caso de “Ravenous” (donde Hank Shermann de MERCYFUL FATE mete un solo) o “Mr. Twisted”. Aun así tan sólo son pequeños detalles, pues en ningún momento se dedican a copiar ni a las grandes bandas del género ni a sí mismos. Un ejemplo es “Love At First Bite”, que por su estructura puede recordar a ACCEPT, pero ya está. Aquí es el vocalista Mark Boals quien presta su voz en otro tema que tampoco puede pasar desapercibido dentro del cómputo global del disco.
Seguimos en el repaso con “Secrets We Keep”, otra muestra de cómo practicar Heavy auténtico sin caer en la redundancia. “Whisky Psycho Hellions” envuelve desde el principio rematando con un estribillo hímnico pegadizo. Es posiblemente el tema más comercial del álbum. Con “Hiding In The Shadows” las guitarras se alían en un riff que suena que atronador y el broche lo ponen con “Blood Angel”, donde en sus compases más lentos crean una atmósfera plagada de reminiscencias de MERCYFUL FATE.
Resumiendo, Heavy Metal bien hecho, sin rellenos. Recuerda: en estos tiempos el verdadero metal tiene refugio en la guarida de Wolf. El Lobo... ¡qué buen metal!
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