A finales de febrero de este 2009 ya podíamos acceder a la nueva obra de los americanos IMPELLITERI: “Wicked Maiden”, gracias a su edición en Japón. Unos meses después de haber sido puesto a la venta en las tiendas niponas (mercado esencial para el grupo) vía Victor Entertainment llegaba a Europa a finales de abril el nuevo trabajo editado por estos lares por el sello Metal Heaven.
Tras el paso del vocalista Curtis Skelton, vuelve al redil Rob Rock, el cual nos había deleitado con tres fabulosos álbunes en solitario tras su salida de la banda, así como innumerables colaboraciones para otros artistas. Su retorno se agradece.
El resto de músicos que acompañan a esta hacha de las seis cuerdas y a este prodigio de la voz son James Amelio Pulli al bajo, Edward Harris Roth como teclista y Glen Sobel como baterista.
El álbum comienza como no podía ser de otra manera con un tema veloz, “Wicked Maiden”, en el que Impelliteri recorre el mástil a la velocidad a la que nos tiene acostumbrados y el señor Rock demuestra por qué colecciona premios gracias a su garganta privilegiada. Este tema es, sin duda, el buque insignia de este disco.
“Last of a dying breed” es otro buen tema que mantiene el estilo clásico de IMPELLITERI, al igual que “Weapons Of Mass Destruction”. “Garden Of Eden” nos introduce dentro de un Heavy muy clásico para después encontrarnos con “The Vision”, que conjunta las filigranas guitarreras del maestro con un estribillo donde la presencia del teclado le da un aire más novedoso a la canción.
“Eyes Of An Angel” es un medio tiempo excepcional, de lo mejor del compacto. “Hi-School Revolution” es corte más hard del álbum, también con un aroma bastante clásico. “Wonderful Life” es otro tema que rezuma modernidad dentro de los esquemas básicos de las composiciones de la banda. Lo mismo podríamos decir de “Holy Man”, en el que los teclados le dan un toque distintivo, pero el estribillo es tedioso y espero que el mini-guiño a Marilyn Manson sea tan sólo una broma. Quizá sea el peor tema del disco. “The Battle Rages On” pone el punto final a un disco que debería poner a la banda en el punto de mira de los promotores europeos y, de paso, a los españoles que ya nos van teniendo aburridos al traer una y otra vez las mismas bandas.
Rob Rock está sensacional a lo largo y ancho de toda la obra, y Impelliteri es un virtuoso de no te menees que abusa de sus habilidades sólo lo necesario. Huelga decir también que el sonido actual de la banda viene a ser una continuación de discos como “Screaming Symphony” o “Crunch”. De modo que olvida el “Pedal To The Metal”, o los guiños ‘rainbownianos’ de “System X”, ¡y es que Rob Rock está de vuelta!
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