BULLET es una joven banda que está pegando fuerte en Suecia gracias a la buena acogida que han tenido sus dos discos hasta la fecha, especialmente el segundo, “Bite The Bullet”, que se encaramó en el número 3 de la lista de ventas. Asimismo, han cosechado un Grammy en su país en el apartado de Hard Rock.
Tras el telón de fondo en el que se leía el nombre de la banda saltaron a las tablas ataviados con unos ropajes dignos de los mismísimos años ochenta. Musicalmente, lo que pudimos apreciar es que su sonido se asemeja a bandas como AC/DC o Accept, aunque su puesta en escena y su estética recuerde más a los segundos. De las tres bandas fueron los que peor sonido tuvieron. Aun así a la gente se la vio disfrutar de su corto set en todo momento. Gustaron.
El segundo conjunto en salir a escena fue SABATON. Pese a su juventud, el combo sueco ya cuenta con cuatro discos en su currículo (eso sin contar su compilación de demos, “Fist For Fight”). Quisieron dar buena cuenta del último, “The art of war”, en el que basaron la mitad del show. La otra, como no podía ser de otro modo, estuvo compuesta por clásicos ineludibles.
El corte introductorio de su último disco, “Sun Tzu Says”, ya daba pistas de por dónde iban a ir los tiros y, efectivamente, era “Ghost division” el tema encargado de iniciar el combate. “Panzer battallion” continuaba la batalla con un sonido que en estos primeros compases era bastante mejorable, pese a no ser del todo malo. “40-1” era el siguiente disparo, pero a partir del cuarto, el rumbo de la contienda se teñía de tintes victoriosos; “Attero dominatus” sonó a gloria, los rusos dominando Berlín y Sabaton conquistando Madrid. A partir de ahí, el sonido se convirtió en su aliado y el respetable, que ya lo era en un principio, no dejó de corear sus temas.
“The Price Of A Mile” y el single “Cliffs of Gallipoli”, apuntaban de nuevo a su más reciente disco con un público que no dejó de corear el nombre de la banda en casi la práctica totalidad del show. Llegaba entonces el momento en el que Joakim Broden, solicitaba la ayuda coral de los asistentes, así como les alentaba a practicar el ejercicio del salto. “Primo Victoria”, no podía ser otra. Le tocaba el turno al desembarco de Normandía. Otra lección de historia y de Heavy Metal. Con este tema casi se cae el local y Madrid no está para prescindir de más salas. La rubrica a esta fantástica actuación la ponían “Metal Machine” y “Metal Crüe”, entrelazada la una con la otra, aunque esta última no la tocaran entera. Dos cortes que se desmarcan de la habitual temática bélica de la banda y que pueden interpretarse como un tributo a los grupos que les han influenciado y que han hecho posible la existencia de un grupazo como Sabaton.
Las bandas estaban saltando a las tablas a la nueva hora prevista (con el cambio de recinto se retrasó media hora el comienzo de cada grupo) y con HAMMERFALL no hubo excepción. Como era de esperar, los cabeza de cartel iban a gozar de mejor sonido y ya desde el inicio con “Punish And Enslave”, tercer corte de su último disco pudimos comprobarlo. El segundo tema que nos dejaron fue “Crimson Thunder”. Con un sonido que ya rozaba la perfección y con la sala ya casi llena le llegaba el turno a “Legion”, una de las mejores canciones de su nuevo disco, seguida de “Blood Bound”, una de las habituales en las actuaciones de Hammerfall.
Sonaba la motoreta y el siguiente tema no podía ser otro que “Renegade”. A estas alturas del show el personal estaba totalmente entregado. Joacim nos alentaba al headbanging con “Hallowed be my name”, aunque no fuera necesario: el tema ya incita de por sí a ejercitar el cuello.
“The abyss” daba paso a una magnífica “The Last Man Standing” y los clásicos se sucedían con “Heading The Call” y “Glory To The Brave”, que fue la única concesión que harían de su disco debut. Ahora le tocaba el descanso al señor Cans y la banda desplegó todo su potencial instrumental con “Something For The Ages” aliñada con un mini solo de batería de lo más simple.
Difícil era que se cayera del set-list el single “Any Means Necessary”, tanto que no se cayó. La ejecución de esos coros tan peculiares fue espléndida. Entre el vendaval de temas, Joacim tendría tiempo de disculparse por la cancelación de la firma de discos, así como de explicar cómo se encontraron con la negativa de poder actuar en La Riviera aclarando que ellos, de ningún modo, iban a marcharse de Madrid sin tocar.
Con “Between Two Worlds” bajó la intensidad del show, un tema que no creo que perdure más allá de esta gira. “Riders Of The Storm” volvía a encender la pasión metálica justo antes de los bises.
En el tramo final, “Lore Of The Arcane” servía de preludio a “Trailblazers” para luego dejar caer “Let The Hammer Fall”, pero el personal esperaba algo más, otro tema clásico de la banda y no tardo en pedir a voz en grito “Hearts On Fire”. Con este tema se ponía punto y final a una actuación bendecida por la impresionante nitidez del sonido.
Como anécdota, huelga decir que en el set previsto figuraban “Carved In Stone” y “Keep The Flame Burning”. No las tocaron.
Concluyendo, quiero añadir que el grupo ha ganado enteros con las dos nuevas incorporaciones por varios motivos. Hasta la fecha los coros en directo de Hammerfall eran penosos, ya no puedo decir lo mismo. La ausencia del bajista Magnus Rosen se traduce también en ausencia de solos de bajo en vivo. Este señor era un crack pero personalmente prefiero que ese espacio sea cubierto con un tema más. Por otro lado, y como se pudo apreciar en el nuevo disco, el estilo de Pontus es diferente al de Stefan. Es un guitarrista de estilo más clásico y sus solos así lo corroboran. Creo que han ganado como banda.
En definitiva, una gran noche de Heavy Metal “made in Sweden”, del que el personal salió contento por lo acontecido y algún despistado, preocupado por cómo volver a casa.
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