Se vaticina el final de la calma cuando Guillermo Izquierdo (cantante y guitarrista), David García (guitarrista), José Izquierdo (bajista) y Víctor Valera (batería) se posicionan en el reducido escenario. Desde el comienzo con “Vomitive” (un tema que me recuerda enormemente a Testament), el grupo expone todo su poderío a la vez que enseña al personal toda una lección de cómo hacer Thrash Metal clásico sin sonar caducos. “In The Heart Of Nations” es el segundo corte con la que nos deleitan al que le sigue mi tema favorito de ellos, “The Calm”, una canción que lo único que tiene de sosegado es el título y que espero perdure por siempre en sus repertorios. La velocidad musical alcanza cotas aún mayores con “Energy” para regocijo de la concurrencia, que se la ve disfrutar de lo lindo.
Tras comenzar con cuatro temas de su último disco, llegaba el primer recuerdo de su anterior obra con “Backbone Crusher”, otro temazo que aúna los ingredientes básicos para erigirse como esencial. “Fuck You” es otro ejemplo de por qué Ángelus Apátrida es quizá, la banda más señera del revival thrash que se vive desde hace unos años en nuestro país.
Poco a poco, iban dejándose caer temas como “Corruption”, “Give ´em war”, “So unjustly” o “The Thornmaker”. Thrash Metal elaborado, en la más pura tradición de bandas como Megadeth o Testament, arropados por una voz superefectiva y fortalecidos por una actitud encomiable sobre el escenario.
Llegamos ahora a la interpretación del primer cover de la noche, precisamente de Megadeth: “Five Magics”, una canción que les queda bastante bien en directo y, ya que los huestes de Mustaine no la tocaron en su última venida, pues mejor que mejor.
Ya nos íbamos adentrando en la recta final y aquí ni bises, ni leches: todo del tirón. “Never Forget”, “Versus The World” y “Hereditary Genius” continúan la senda marcada desde el inicio: tralla sin descanso con unas letras que chirrían en el oído musical de lo políticamente correcto. Pero esto no podía acabar ahí y la aclamada “Thrash Attack” alimentaba más el ya de por sí disfrute del personal.
Cuando todo parecía llegar a su fin con “Thrash Attack”, la banda rescató un tema que, como el propio Guillermo quiso recordarnos, llevaban tiempo sin tocar. Se trataba de “Domination”, el tema de Pantera con el que honran con hondura el legado de Dimebag Darrell (tanto esta versión como la de Megadeth no figuraban en el set-list previsto). Con ella se ponía el punto y final a una actuación de la que uno se va plenamente satisfecho por lo acontecido y, dicho sea de paso, atendiendo a la relación calidad-precio, uno de los mejores shows que he visto en mi vida: sólo 6 euros.
Las fotos son cortesía de Sergio Sánchez. Muchas gracias tío.
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