Lo han vuelto a hacer. Una constelación de temas de puro Heavy Metal cantado en castellano es lo que encontramos en “La Maldición”, ‘segundo’ disco de la banda pacense.
Después de una maqueta, “Reencarnación”, que bien podría considerarse su primer álbum, y un sensacional compacto, “Resurrección”, llega ahora “La Maldición”. En vistas a la dificultad que supone editar un disco en estos tiempos que corren y más si haces Heavy Metal con actitud y cojones, SHERATÁN ha optado por la vía de la autoproducción. El álbum lleva disponible en la web de la banda desde el pasado 10 de noviembre, y al igual que otras bandas (CENTINELA, por ejemplo) permite la descarga directa del mismo.
Pero antes de que se gestara “La Maldición”, la banda quedó en cuadro con la marcha del bajista David Delgado y del batería Juanma Dorado. Este hecho no mermó la ilusión de los dos miembros restantes, Sergio Rodas (voz y guitarra) y David Romero (guitarra), que antes de encontrar reemplazos ya habían grabado ellos dos solitos este nuevo disco. Huelga decir que en la actualidad las plazas vacantes ya están cubiertas con Sergio Sánchez al bajo y José Salas a la batería.
El contenido no difiere en demasía a las obras precedentes. El corte homónimo de “La Maldición” da el pistoletazo de salida a una carrera de temas de puro Heavy Metal sin aditivos, tónica general a seguir durante todo el disco.
“La Verdad Envenenada” es un tema muy SHERATÁN, donde la esencia del grupo encuentra cobijo. Lo mismo ocurre con “Alas negras”; otro gran tema que se encuentra entre las composiciones clásicas de la banda.
Después de tres canciones esenciales llega “Destrucción”, de las más flojas del disco, ya que se dejan venir atrás la composición con un estribillo que bien podría haberse trabajado más. Pero lo que nunca flaquea es el juego de guitarras. Un temporal de riffs que no amaina. La tormenta no cesa y “Mi derrota” se postula como otro ataque inmisericorde de decibelios.
“En Mi Dolor” es un medio tiempo fenomenal, con unas guitarras sublimes como siempre, aunque quizá puedan recordar algo a STRATOVARIUS. Y no me malinterpretéis, SHERATÁN no tiene nada que ver con la banda finlandesa. De nuevo se desata el vendaval con temas como “Dulce Venganza” o “Lo Que Tus Ojos No Ven”. Todo un desfile en el que el baile de riffs se sucede sin descanso. El siguiente corte, “Siervos En La Tempestad”, no es una excepción. Mención especial merece “Olvidado”, magnífico tema con un estribillo enorme, que no tardará en ser recordado como uno de los esenciales en los directos de la banda y, de paso, engrosar ya de por sí un interesantísimo repertorio. El disco culmina con “Reducido A La Nada”, la canción más lenta y pausada de todo el disco. El tempo de este tema no es óbice para que las guitarras vuelvan a tener una presencia destacada, y es que estos chicos son una máquina de crear riffs hasta para temas de esta índole.
Esto es SHERATÁN: Heavy Metal sin florituras. Canciones cimentadas sobre poderosos riffs, una voz envidiable dentro del panorama heavy patrio, un directo arrollador,... pero una banda ninguneada por los medios y eventos musicales de convocatoria masiva. Ya va siendo hora de reconocerle los méritos a SHERATÁN, una de las bandas más infravaloradas de este país.
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