Los sempiternos Bob Catley (voz) y Tony Clarkin (guitarra) son los referentes del sonido MAGNUM. Sus compañeros en los quehaceres musicales son Al Barrow (bajo), Jimmy Copley (batería) y Mark Stanway (teclados). Estamos ante una mítica banda de rock a la cual el menda siempre les profesó respeto y admiración. SPV es, nuevamente, la discográfica que confía en la banda.
Tras “Intro” (uno de los títulos más manoseados junto a “Forever”) suena “Cry To Yourself”, rock a medio tiempo en la más pura tradición de MAGNUM. De lo mejor del disco con unos fantásticos solos plagados de melodía. “All My Bridges” es más alegre, con un ritmo galopante y unos teclados en primer plano que desprenden un olor aorero de ubicación ochentena. Otro buen tema, como también lo es “Take Me To The Edge”, aunque éste último en una tesitura más hard, mas desprovisto de celeridad.
Medios tiempos tenemos a patadas. “The Moon King” es uno de ellos con un cierto aire bluesy. Más medios tiempos tenemos con “No One Knows His Name” y “In My Mind´s Eye”. Más baladística resulta “Time To Cross That River” en la que le introducen un efecto de público en los compases iniciales.
Con “If I Ever Loose My Mind” regresan los medios tiempos. Este es un poco más potente pero resulta descafeinado, no dice mucho, igual que la balada “A Face In The Crowd”, que me recuerda levemente al “Imagine” de THE BEATLES.
“Feels Like Trahison” es una vuelta al hard rock, como por ahí anda “Blood On Your Barbed Wire Thorns”, con un piano rocanrolero y muy en la onda de AC/DC o ZZ TOP.
En suma, tiene sus buenos momentos, abundan los medios tiempos, pero tan sólo podemos calificarlo de correcto, sin pasar de ahí. De modo que, por deducción, no podríamos colocarlo entre los mejores discos del conjunto británico.
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