El embrión de Delirion comenzó a gestarse a finales de 2003 en Alicante. Tras un par de demos y después de algún que otro cambio en la formación consiguen consolidar la misma estableciéndose con los siguientes músicos: Christopher Ripoll (vocalista), Sergio Sáez (guitarrista), Rafa Carmona (bajista), Ana De Miguel (teclista), Román Planelles (baterista).
Un dato de vital importancia es que Delirion consigue plasmar su firma en un contrato con el sello japonés Spiritual Beast, que se mostró interesado en los quehaceres musicales de esta joven banda. “Silent Symphony” tendrá, por lo tanto, distribución en la tierra del Sol Naciente.
Lo que podemos encontrar en su primer largo es un power metal melódico en el que prevalecen los cortes rápidos con líneas vocales melódicas. Seguro que será del agrado de fans de gente como Stratovarius, Angra, Dark Moor, etc…
El álbum se abre con la introducción sinfónica “Rising Sun”, una apertura muy en la onda de Rhapsody (pero exenta de coros), del mismo modo que ese enlace y ese comienzo con “Silent Symphony”, muy probablemente el tema más descaradamente orientado hacia las fuentes de las que bebe el sonido del grupo. Pues si su arranque suena a Rhapsody, escucha el estribillo y apreciarás que suena descaradamente al “Lord Of Eternity” del primer compacto en solitario de Kotipelto. Por ese tipo de Power Metal van a discurrir los temas aquí presentes. El siguiente “Behind the Fog”, sigue las mismas pautas en un power contundente muy conjuntado con el sonido de bandas, como por ejemplo, los Dark Moor de la primera etapa.
“Return to Serenity” es un gran tema muy en consonancia con la cosecha musical de la etapa más laureada de Stratovarius. Canción rápida de grandes melodías con los teclados funcionando a la perfección y un doble bombo aplastante. Otra prueba evidente de ese azote tamborilero es “Life Through A Broken Mirror” y, por qué no decirlo, todo el disco.
“The Light of Your Eyes” es el tema más lento del disco, épico y con una justa carga sinfónica. “Interlude” es precisamente eso, un interludio instrumental que precede a la potente “Take Me Away”.
La pieza que bautiza al conjunto, “Delirion”, de nuevo con un doble bombo aplastante, aglutina todos los ingredientes de lo que esta gente ofrece: velocidad, melodía, contundencia… en definitiva, buen power metal de corte europeo. Más de lo mismo podríamos atribuir para describir “I Lose Control”, donde destacan sus logradas melodías. El último corte, “Save My Soul” me vuelve a recordar un poco a Dark Moor. Con él terminamos el repaso de temas que componen este “Silent Symphony”. Lo dicho, un álbum que gustará a los fans de las bandas citadas con anterioridad.
Todos los músicos defienden bastante bien su parcela, demostrando que tienen mucho que decir como instrumentistas, siendo el batería el que más ha captado mi atención.
El disco está muy bien pero quizá deberían probar a facturar temas no tan lineales y con un esquema tan predeterminado, así como asentar una personalidad musical propia, de la cual por el momento adolecen un poco. Aún así, en líneas generales, el álbum tiene un nivel altísimo para ser una ópera prima.
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