Procedentes de Brasilia (Brasil), Blazing Dog son otra muestra del buen metal que se produce por aquellas latitudes. La banda se formó en 2004, pero no es hasta este año cuando Carlos Sousa (voz), Renan Guimaraes (bajo), Gustavo Freitas (guitarra), T.R. (guitarra) y Daniel Marks (batería) comienzan a reclamar un lugar en el panorama metálico gracias a la edición de un disco que ve la luz desde la más absoluta independencia. “Metallic Beast” es el nombre de la criatura.
Lo primero que me llamó la atención de estos señores del metal, fue el parecido de la voz de Carlos Sousa con la de John Bush (Armored Saint, ex – Anthrax), por lo que por cercanía musical se los puede comparar con Armored Saint.
Destapan la caja de los truenos con “Will Of Steel” y continúan su paseo de Heavy Metal incendiario con “Battle Splendour” y la guitarrera “Silent Grave”. Lo cierto es que no vamos a escuchar nada nuevo. No obstante, si lo tuyo es el Heavy Metal clásico vas a tener en Blazing Dogs unos nuevos aliados.
“Icarus” es una breve intro muy marcada por Judas Priest, de facto, citan a la banda de Birmingham como una de sus influencias. Esta introducción, inspirada posiblemente en “The Hellion”, conecta con “Supreme Wings” que airea de nuevo el buen trabajo de riffs que se predomina a lo largo de todo el disco. En “Assassins” le dan un toque oriental al inicio de la canción para desembocar luego en una pieza de Heavy Metal de tempo cambiante. Aquí afloran las influencias de otra de las bandas que ha marcado el sonido de estos brasileños: Iron Maiden. Continúan enfilando la sucesión de canciones de metal clásico con “Easy Rider”, con un riff rayano en el Thrash y “A Thousand Death”, que no se desmarca nada del sonido predominante, pese a tener ese leve arreglo de teclados.
La que sí merece renglón aparte es “Wasted Bullet”, sin duda la oveja negra del disco. Incluye una harmónica y una voz femenina en sus pasajes finales pero más llamativo aún resulta que por momentos se mueve por una sonoridades cercanas al country. Una balada realmente peculiar, muy diferente al resto de temas, que a la vez muestra otra faceta vocal de Carlos Sousa.
El tema homónimo del grupo, “Blazing Dog”, que suena de nuevo a Judas Priest e “Insane Minds”, con unas fantásticas melodías guitarreras y algún riff más Thrash, copan la recta final de un álbum que damos por finalizado con “Dance Of The Skeptics”, típico corte que arranca cual balada para desprender más tarde el poder metálico que se le supone a este tipo de bandas.
Saludos, soy heavyperiko, tienes esto genial. Ya me pasare mas de una vez a llevarme algo jeje.
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