Heavy Metal Fire: CRÓNICA: NIGHT DEMON - SALA DISCO DOWN, CÁCERES (25-02-15).

lunes, 9 de marzo de 2015

CRÓNICA: NIGHT DEMON - SALA DISCO DOWN, CÁCERES (25-02-15).

El conjunto oriundo de Ventura, California, se ha encontrado, por segunda vez, realizando un extenso repaso a la Península Ibérica durante el mes de febrero. El año pasado ya nos dejaron encantados como artistas de apertura del Pounding Metal Fest, de manera que sería un placer volver a disfrutar de su música.

En esta ocasión, aterrizaron en Alemania para comenzar desde allí a patearse Europa, bajar, dar la vuelta en Portugal y terminar por recalar nuevamente en tierras germanas para finiquitar la gira. El periplo incluye una planificación de concierto día sí, día también, y así nos tocó vivirlo en España. A Cáceres llegaban desde A Coruña y al día siguiente les esperaba Estepona. Trayectos muy largos. Tras tantas horas de viaje, NIGHT DEMON van a demostrar que el cansancio no derrota a una banda que lo da todo en vivo. Llegan y rinden como los que más. Nosotros lo comprobamos en la Sala Disco Down de la capital cacereña, que registró una entrada de unas 70 personas. No está mal para tratarse de un miércoles y de un grupo que acaba de lanzar su primer álbum recientemente.

El trío está compuesto por Jarvis Leatherby (voz y bajo), Brent Woodward (guitarra) y Dusty Squires (batería). Curioso lo del batería, que se quita la chupa y las zapatillas y se pone en posición para comenzar a darle como un poseso. Y de esta guisa, con los tres músicos ya posicionados sobre el “escenario”, las notas de una de las piezas principales de la B.S.O. de “Conan The Barbarian” sirven de introducción a su show. “Screams In The Night” es la primera que nos brindan. Sin tregua llega la segunda, “Full Speed Ahead”. Ya nos damos cuenta de que el sonido estaba siendo bastante bueno. “Curse Of The Damned”, el tema que da título al disco que presentan, gana mucho en vivo. Es un corte que, pese a su cadencia más lenta, suena poderoso como el que más e incita al público a colaborar. Después, más carne para el “Ritual”, evidenciando que llegan prestos a dejarnos sin aliento, ese que ellos dejan de tomar en un fulgurante inicio. Y tras cuatro temas del tirón, cinco segundos de silencio nos guían a los dominios de “The Howling Man”, un aullido de Heavy Metal que comienza a convertirse en un clásico de sus conciertos. Jarvis se dirige por primera vez al respetable. El ambiente está “muy caliente”, dice el cantante por el micro, ¿qué mejor que “Heavy Metal Heat” para continuar la descarga? Los californianos son todo un derroche de energía, un huracán en forma de trío. Además, Jarvis y Brent conjugan a la perfección armonías de bajo/guitarra. ¿Qué necesidad hay de un segundo guitarrista? Ninguna.

Continúan dispuestos a arrasar con todo con “Killer” y “Livin´ Dangerous”. Pese a ser una banda con una relativa corta vida saben manejarse a la perfección en directo. Se nota y contagian con su entrega al público. Son muchas tablas y muchísimos conciertos a sus espaldas. Igualmente, teniendo en cuenta que iban sin teloneros, Jarvis quiso resaltar que, por ese hecho, harían un set un tanto más largo de lo habitual. Así fue.

Que son una banda deudora de DIAMOND HEAD es un secreto a voces. En directo lo demuestran con su particular tributo a los británicos interpretando la canción “Lightning To The Nations”. No obstante, el grupo continúa desgranando temas propios, pertenecientes a su cosecha personal. Y voy a decirlo ya: salvo “Run For Your Life” y “Save Me Now”, tocaron todo lo que tienen registrado. No nos podremos quejar.

La siguiente en atronar es “Mastermind”. ¿Qué decir de esta? A mí, particularmente me encanta. Una de sus mejores canciones, pero curiosamente no es de las fijas en el repertorio. Suena a todo lo que hace NIGHT DEMON con ese regusto a la NWOBHM siempre presente. Pero más allá de ese exitoso movimiento británico, poco antes surgió otra ola similar, de menor popularidad y no tan exuberante en bandas, al otro lado del Atlántico. RIOT era una de las abanderadas de ese movimiento y “Road Racin´” era uno de sus clásicos. Tremenda la versión que se marca NIGHT DEMON cada vez que la tocan. Seguimos con “Ancient Evil”, mientras que “Satan” tampoco falta a la cita. Justo después, se produce un breve descansillo forzado por un problema con la guitarra, pero viendo la altura de la actuación en la que se producía casi que podíamos llamarlo el “bis”. Sí, unos bises un tanto extraños, pero bueno, tres canciones más y todos contentos. Subsanado el percance, estaba claro que no podían marcharse sin hacernos beber del cáliz (aunque hay que decir que el espectáculo del tour manager disfrazado de “muerte” invitándonos a un sorbito no se llevó a cabo esta vez). De modo que “The Chalice” es otro punto fuerte de su actuación, otra ingesta de glorioso metal que refresca y reaviva los ánimos de la gente. Sin embargo, aún quedaba una última versión: “Axe Crazy”, de JAGUAR. Patente queda que lo suyo es la NWOBHM. Por si no nos había quedado claro quiénes son y cuáles son sus intenciones, “Night Demon” despide su actuación a lo grande. Todo esto en 65 minutos intensísimos de una irrefrenable descarga de decibelios impulsada por una banda que rezuma actitud, aptitud y calidad.

NIGHT DEMON tiene intenciones de retornar a Europa tras el periodo estival y, muy posiblemente, vuelvan a pisar territorio español. Habrá que acercarse de nuevo a verlos, ya sea por el fantástico álbum que están presentando o simplemente porque en vivo son de las mejores bandas de esa nueva hornada defensora del metal más clásico.