Vuelve el cachondeo, la fiesta y el glamour. Steel Panther son una banda norteamericana que con dosis de humor quiere repetir el sonido de las grandes bandas de hard rock y glam metal de los ochenta.
Primeramente se llamaron Danger Kitty, luego Metal Shop, más tarde Metal Skool y, de momento, Steel Panther. Claramente estamos ante una formación que se dedica a parodiar a un estilo musical pero respetándolo profundamente en el apartado instrumental. Pero no, no son unos Massacration, unos Gigatron o unos Nanowar, el chiste tan sólo está en las letras, y quizá también en sus exagerados atuendos ochenteros. Y como siempre habrá quien los quiera y quien los deteste por considerar que se ríen una música determinada. Con todo esto, no deja de ser curioso que una multinacional como Universal se haya fijado en ellos.
Bajo los pseudónimos del cantante Michael Starr (Ralph Saenz), del guitarrista Satchel (Russ Parrish), del bajista Lexxi Foxxx (Travis Haley) y del baterísta Stix Zadinia (Darren Leader), se esconden los nombres de unos músicos con cierto bagaje en el mundo del metal: Starr fue el cantante fue de Atomic Punks, banda tributo a Van Halen y vocalista de L.A. Guns durante un efímero periodo; Russ Parish, fue miembro primigenio de Fight y también de Atomic Punks. Además estos dos elementos tienen otra banda llamada Thornbirds junto a Jeff Duncan (Armored Saint) y Dean Cameron.
Este verano han tocado en el festival Download y tienen confirmadas cuatro fechas por el Reino Unido, por lo que se ve, en esto sí que van en serio.
Los temas tienen miga. Inician el disco con “Death To All But Metal”, elegido para la grabación de un videoclip que sirvió de presentación en youtube. Ya su título guarda un juego de palabras y en el grueso de las letras se atisba una declaración de principios muy especial, un ataque a la música ñoña, en la que atizan a Madonna, Britney Spears y la demás calaña musical que no son más que poses y playback.
“Asian Hooker” tiene un toquecillo oriental fascinante y ya nos cercioramos de que su música guarda homología con aquella a la que encuadrabamos a bandas como Poison, Warrant o Mötley Crüe. Tampoco podían faltar las baladas como “Community Property”, capaz de enamorar a cualquier chica, siempre y cuando no tenga ni puñetera idea de inglés.
Con “Eyes Of A Panther” retoman la senda más hardroquera, “Fat Girl (Thar She Blows)” es otro de los temas de peso del disco. El espíritu de los ochenta deambula por sus canciones. “Eatin´ Ain´t Cheatin´” me recuerda a Ratt y “Party All Day (Fuck All Night)” es Bon Jovi total; sus teclados, sus coros,… hasta su solo de guitarra te recordará al señor Sambora. Un descarado guiño al “Livin´ On A Prayer”, pero con unas letras que el bueno de Bon Jovi no se atrevería a usar no fuera a ser que se le escandalicen sus niñas y caiga la venta de sus discos. En “Turn Out The Lights” también encontraras parentescos y reminiscencias de las bandas ochenteras. Lo raro sería lo contrario.
“Stripper Girl” es una balada con una letra muy ‘profunda’, que musicalmente esta muy influenciada por el “Every Rose Has It´s Thorns”. En “The Shocker” notamos que algo se les tenía que pegar de Van Halen, aunque le puedes sacar mil influencias dentro de lo que fue Glam rock de los ochenta.
“Girl From Oklahoma” es una balada acústica, con el ‘chupeteo’ como eje sobre el que gira el texto. Posiblemente se hayan inspirado en el “More Than Words” de Extreme para componer la música y en una peli porno para sacar la letra. No tiene gran cosa, chupado tocarla. Y eso que se oye al final, a mi me huele a…
La chica de los Europe era de El Líbano (“Girl From Lebanon”) y Kiss incendiaba el firmamento en “Heaven´s On Fire”. Estos, más chulos que un ocho te llamean el infierno: “Hell´s On Fire” pone el cierre a un álbum que no pasará desapercibido, con canciones que nos hacen viajar en el tiempo, llevándonos al tiempo del Glam metal o del Hair Metal, como prefieras llamarlo, pero con un punto de humor extra y una obsesión por el sexo ciertamente exaltada.
Fiesta y cachondeo es el mensaje que transmiten sus procaces letras, sus melodías, sus canciones. También habrá quien las tache de soeces y machistas. De todas formas, si no reparas en ellas pasará como un fenomenal disco de Glam Metal de los 80.
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