No sé a qué hora llegamos a la capital lusa mas era por la tarde, una tarde soleada, pero no muy calurosa. Fue entonces cuando fui testigo de dos hechos cuanto menos llamativos. Por un lado, conocí “el bar más extraño del mundo”, un garito en el que ¡no vendían cerveza! Subsanado el repentino problema procedimos a refrescarnos al tiempo que asistíamos in situ a la ceremonia bautismal de Sir Kuak II. Estábamos ante el advenimiento al mundo del metal de tan curioso personaje, que no es moco de pavo. En todo caso, moco de pato. Si queréis conocerle, he aquí su morada cibernaútica: http://www.patosuicida.wordpress.com/
Dejando a un lado las vicisitudes pre-concierto, es el momento de adentrarnos en el estadio y comenzar a contemplar lo que allí acontecía. Los australianos ahora tiran de bandas locales para que les abran los conciertos. La primera no sé como se llamaba, algo así como la segunda. Dos bandas que cantaban en portugués y que pueden presumir de telonear a AC/DC. Pero ya está.
Cuando aún no había caído la noche, se oye la primera sonora ovación del evento. Se atisbaba el arranque del show con una enorme locomotora en el fondo del escenario que echaba humo, mucho humo, al tiempo que petardeaba sonoramente y, simultáneamente, las pantallas gigantes proyectaban unos dibujos animados inspirados en la banda. Es cuando todos cogemos el tren al ritmo de “Rock N´ Roll Train”, el primer single del último disco. El mismo tren que nos lleva a un infierno que no es tan malo como nos lo pintan, “Hell Ain´t A Bad Place To Be”. El sonido estaba siendo espectacular. La noticia hubiera sido lo contrario. El primer tema imperecedero e imprescindible de la velada es “Back In Black”. Con el público emocionado, que mejor momento para meter “Big Jack”, el primer referente de su desafortunado último disco y que para desgracia de los fans no sería más que el primero de cinco. Pero ya sabemos que no viven del cuento y que tienen nuevo disco, sí, el tercero en casi 18 años.
“Dirty Deeps Done Dirt Cheap” de nuevo provoca el delirio, lo mismo que “Shot Down In Flames”. “Thunderstruck” no podía ser menos. Continúan danto tregua a “Black Ice” con el tema homónimo. Brian nos cuenta brevemente una de las virtudes de la chica a la que va dedicada la siguiente pieza. Es “The Jack” y en el grueso del tema hay tiempo para que Angus nos muestre su cuerpo atlético en el típico streptease. Esta vez los gayumbos eran de AC/DC. Me pregunto si serán los mismos en cada concierto… Hay quien le da un respiro a los músicos con un solo de guitarra, de bajo o de batería, pero eso es impensable del conjunto australiano. Es más, Phil Rudd debía estar exhausto.
Otro de los detalles del escenario era una larga pasarela central que se metía entre los fans y que desembocaba en una especie de cuadrilátero. Recorriendo dicha pasarela con un carrerón, Brian Johnson termina colgado del campanón. No hace falta decir lo que viene ahora o sí, “Hell Bells”, que enlaza de inmediato con “Shoot To Thrill”. En la oscuridad cada vez se contemplan más y más cuernos luminosos, mientras se sucedían temas como “War Machine”, “Dog Eat Dog” (creo recordar que esta no la tocaron en la anterior venida) o “Anything Goes”, siendo los temas del último álbum los que el personal acogía de un modo más frío y distante. Suena ahora “You Shock Me All Night Long”, mi tema favorito de ellos. “TNT” es otro puro ejercicio de nostalgia.. Una gigantesca muñeca hinchable, de desproporcionadas ubres, asomaba a las lindes del ferrocarril mientras que la pasarela llevaba tiempo convertida en el hábitat natural del modelo Angus Young, que con “Whole Lotta Rosie” encuentra uno de los puntos de mayor desenfreno. El guitarrista remata ese tema con un solo de guitarra.
Aunque el rock ya se había hecho hace tiempo le llegaba la hora a “Let There Be Rock”, otro de los temas en los que encontramos a Angus pleno en su desaforo dentro del cuadrilátero central, con un pequeño truco incluido. A estas alturas, Brian Johnson comenzaba a flojear y en “Let There Be Rock” se podía dar fe de ello. Esta recta final del show estaba destinada para clásicos y uno de los que no podía faltar era “Highway To Hell”, pero estaba claro que aún quedaba un tema. Con doce cañones por banda y fuegos de artificio ponían la rúbrica a la actuación con “For Those About To Rock (We Salute You)”. No salieron a despedirse ni nada de eso.
Atendiendo al set-list elaborado y todo lo acaecido concluyo que: desde “The Razor´s Edge” (1991) no han sacado un disco a la altura de una gran banda, hecho que queda patente en la elección del repertorio, quedando fuera cualquier cosa relacionada con “Ballbreaker” o “Stiff Upper Lip”. Asimismo, pienso que deberían orear algún que otro clásico y no recurrir siempre a los mismos. AC/DC es un grupo con un legado enorme y deberían demostrarlo. También opino que deberían haber variado un poco el set-list en este nuevo tramo de la gira.
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