domingo, 14 de enero de 2024

FADE TO BLACK: METALLICA SUFRE EL ROBO DE SU EQUIPO


Corría el mes de enero de 1984 y METALLICA se disponía a ejecutar los últimos shows de su gira estadounidense antes de viajar a Europa para darse a conocer. El asunto se puso negro cuando el 14 de enero sufrieron un robo en Boston. Las consecuencias parecían nefastas, para una banda que estaba comenzando a despegar, cuando gran parte del valioso material fue sustraído del camión de gira. Los amigos de lo ajeno le levantaron del vehículo al grupo unos 40.000 dólares en material. Lars se quedó sin batería, los amplificadores Marshall pasaron a otras (y desconocidas) manos… Sin embargo, les dejaron las guitarras, cual compasivo detalle. Triste pero cierto.

 


La moral de la banda se vino abajo, y tal acontecimiento alumbró las desalentadoras letras de uno de los clásicos más imperecederos del combo de San Francisco: “Fade To Black”. Se trata de una canción que temáticamente puede asociarse a la depresión o el suicidio. Tanto Hetfield como Ulrich ya habían mencionado que por aquella época estaban obsesionados con el concepto de la muerte. Esta otra pérdida, esta vez material, caló hondo en James, quien manifestó en su momento que uno de los cacharros guardaba un indescriptible valor sentimental para él: “Estoy convencido de que realmente no estaba pensando en suicidarme, ¡pero era mi amplificador Marshall favorito, hombre!”, relató sobre la canción y sobre el hecho que nos ocupa.

 


El día 15 tenían que tocar en New Jersey, pero fue inviable por razones obvias (al menos hemos podido rescatar el cartel que adjuntamos). El 18 se tenían que presentar en Boston, tampoco fue posible (como deja entrever la web de METALLICA. También hemos podido recuperar el cartel de ese día). Hasta que, en medio de este deprimente panorama, surgió el apoyo de una mano amiga que les permitió proseguir con la gira como estaba prevista. Sus colegas de ANTHRAX (compañeros también en Megaforce Records) les prestaron el equipo necesario para seguir adelante, incluyendo un último concierto el 22 de enero en The Channel, local mítico de Boston capaz de albergar unas 2.000 personas en sus galas más despampanantes. Otra vez Boston, emplazamiento donde tuvo lugar el desafortunado suceso pocos días antes. “Si alguien conoce a los cabrones que robaron nuestro material la última vez que estuvimos aquí, por favor, matadlos por nosotros”, espetó James Hetfield en esa actuación que cerraba un periplo de la gira.

 


Era menester comenzar a patear culos en Europa. Lars Ulrich se personó inmediatamente en Londres para asegurarse de la viabilidad del venidero tour por el Viejo Continente, antes de que la banda hiciera las maletas. Y así llegaron a Zúrich, donde abrirían para VENOM el 3 de febrero de 1984. Suponía algo novedoso para METALLICA, pues por primera vez exploraban un continente desconocido para ellos. Pero esa ya es otra historia…

 


Diego González.

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