RUNNING WILD: "SHADOWMAKER" (2012). Review de Diego González.

Rock ´n´ Rolf (Rolf Kasparek, líder de RUNNING WILD) anunciaba en abril de 2009 el final de su grupo, no sin antes celebrar un concierto de despedida en el festival de Wacken de ese mismo año. Poco importó que en el momento de la confirmación las entradas ya estuvieran despachadas en su totalidad. Como es normal, esto provocó un cabreo generalizado entre sus fans.

En octubre de 2011, se comunicaba el regreso de la banda y la edición de un nuevo disco: “Shadowmaker”. Cabe recordar que con el grupo fuera del circuito, nuestro protagonista probó con otros proyectos musicales. Primero, TOXIC TASTE, donde se hizo llamar TT Poison, y con quienes editaría “Toxification” en 2009. Más tarde, comenzó a trabajar en GIANT X, junto a su viejo amigo Peter Jordan (compositor, productor y músico de sesión). Ahora ambos retoman la actividad de RUNNING WILD.

Por lo visto, Kasparek se ha tomado concienzudamente el menor tiempo posible para componer esto, con el fin de que saliera todo más fresco y espontáneo. Lo mismo debe haber pensado para hacer la portada, la cual es engendro suyo. Creo que debería haberse tomado las cosas con más calma. O lo mismo tampoco quiere perder mucho tiempo (y dinero) en la grabación de un disco.

Antes de analizar musicalmente “Shadowmaker”, vamos a reseñar que, temáticamente, la clásica incursión en la materia pirata sólo queda reflejada en un par de temas (“Riding On The Tide” y “Sailing Fire”), por lo que en ese aspecto encontramos variedad.

Cuando examinamos un disco, tendemos a compararlo con su predecesor, en este caso “Rogues En Vogues”, pero va a resultar ineludible mirar hacia “Toxification”, de TOXIC TRADE, más que nada porque aquí hay canciones que ahí encajarían como un guante.

Definitivamente, este álbum firmado por RUNNING WILD no deja de desconcertar. Desde la inicial “Piece Of The Action” advertimos una atmósfera similar al “White Wedding” de BILLY IDOL y un toque al “Turbolover” de JUDAS PRIEST. Jamás imaginé esto en un disco de los filibusteros germanos. Pero sí, vienen con varias sorpresas bajo el brazo. Y en medio de esta estupefacción, este corte de apertura va a terminar por ser de lo mejor de este CD, por mucho que uno comience quedándose a cuadros. Seguimos con “Riding On The Tide” y sus cándidas melodías. A este le falta chicha, potencia, fuerza. Resume lo que es este disco a rasgos generales.

“I Am Who I Am” es el tema que mejor casa con su pasado y será a buen seguro el favorito de muchos. Es la más vigorosa y una especie de alivio, pero estos alemanes tienen montones de mejores canciones que ésta. “Black Shadow” también es reconocible, pero es de cadencia lenta, y termina por hacerse pesada y soporífera. Más animada es “Locomotive”, que también lleva la impronta de RUNNING WILD en las guitarras, pero tanto éste como el anterior parecen rellenos o descartes de vaya usted a saber dónde.

Nos paramos ahora en otro de los cortes más inesperados. Se trata de “Me & The Boys”, de sonido inédito en la discografía de RUNNING WILD, aunque no en la de Rolf Kasparek (ya había colado algún tema de esta índole en el álbum de TOXIC TRADE, leáse “Nighttime´s Waiting” o “Come On Strong”, por citar algunos). Suena más hard, muy americano. Nunca pensé que el capitán Rolf fuera a traspasar aquí su vena hard-glam yanqui, por mucho que KISS sea su grupo favorito. Incluso las letras son un homenaje a ese estilo y si no atiende a su estribillo: “… Me & the boys we are going crazy, me & the boys we´re make the noise, cause Rock N´Roll is our choice…”.Vamos, que escucho ésta y me los imagino con un pelucón, mallas, los pelos cardados y atuendos a lo TWISTED SISTER, y es que a los temas más festivos de éstos me remite esta canción. Sin embargo, “Shadowmaker”, el tema título, devuelve el sonido clásico del grupo, fortaleciendo la música, pero tampoco despunta y no es nada del otro mundo.

Luego tenemos “Sailing Fire”, otro corte empañado con alegres melodías, muy en la onda de “Riding On The Tide”, segundo corte de este álbum. Curiosamente, ambos son los que encierran esa temática pirata, cada vez más abandonada por el líder de la banda. Con “Into The Black” nos adentramos en otras aguas, un tema que les ha quedado muy bien, y que en sus compases iniciales recuerda un tanto a W.A.S.P., pero que los continúa presentando a medio gas, más en su tesitura actual.

Llegamos al final con “Dracula”, que arranca con el sonidos de lluvia y tormenta (no sé si será el clima más idóneo para que salga a revolotear un murciélago), termina por ser el más largo con más de siete minutos. Su extensión se debe a que hay más donde relatar (el manido cuento de Drácula) que a la riqueza musical que pueda atesorar un tema largo, ya que en él apenas se evidencia la destreza compositiva de antaño, volviéndoles a quedar un tema bastante flojo, simplón y con poca mordiente. Como lo es, en general, este “Shadowmaker”.

Rock N´ Rolf llevaba años indagando en el mismo sonido. Parecía que sacaba el mismo disco una y otra vez. Definitivamente, si esperabas que siguiera estirando el chicle, te vas a quedar de lo más sorprendido. Estamos ante una evolución clara con respecto al pasado de la banda, para bien o para mal, pero a mí no me cabe la menor duda de que los fans se van a llevar un chasco. Además, este disco remarca el paulatino alejamiento sufrido durante los últimos discos de ese speed metal alemán del que eran adalides. Ni rastro. Para que nos entendamos es un trabajo muy blandito para lo que ha sido RUNNING WILD. Es más, quién sabe si aquí hay elementos de una posible prolongación de TOXIC TASTE o GIANT X. Lo que es irrefutable es que la marca RUNNING WILD ayuda a llenar más los bolsillos.

Discográfica: SPV.

Puntuación:  5,5/10.

Listado de temas:

1. Piece Of The Action
2. Riding On The Tide
3. I am Who I am
4. Black Shadow
5. Locomotive
6. Me & The Boys
7. Shadowmaker
8. Sailing Fire
9. Into The Black
10. Dracula

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