A todos nos llega la hora:
de comer, salir, acostarnos… Sin embargo, hay bandas a las que les llega el
momento. Ese no es otro que el de decir hasta aquí hemos llegado. A veces, una
retirada a tiempo es una victoria y quizá ese sea el caso de una banda
australiana cuyo nombre está en boca de todos los fans del rock en estos últimos
días.
AC/DC es una
banda muy dada a jugar al escondite. De puertas para adentro no dejan ver lo
que están maquinando. Ya pasó cuando se unió Stevie Young para grabar el nuevo álbum en sustitución de un Malcolm cuya enfermedad también
mantuvieron en secreto todo el tiempo que pudieron. Tampoco
fueron muy transparentes con el caso Phil
Rudd, dejando siempre abierta la puerta de la esperanza de su posible
reincorporación, cuando en realidad lo que estaba era cerrada a cal y canto,
con una llave que habrían tirado al mar.
Ahora surge un nuevo interrogante, ¿qué
pasa con el puesto de vocalista? Y ellos, como siempre, sin pronunciarse. Sin
emitir unas palabras que arrojen un poco de luz más allá de que continuarán la
gira “probablemente con un cantante invitado”, que se calzará las botas de un
titular que lo abandona por problemas auditivos.
Se rumorea que al bueno de
Johnson le han puesto de patitas en
la calle y que su supuesta propensión a quedarse sordo no es más que una excusa
para ocultar lo que es un despido en toda regla. Si así fuera, serían motivos técnicos (miedo da pensar que fueran econónimos). De todos modos, no sentaría nada bien a la
cohorte de fans que se prescindiera de Brian
voluntariamente. Así, de esta manera y con estas formas, amén del poco respeto infundido a quien ha sido la voz cantante durante casi 36 primaveras. Sin embargo, si la banda quiere continuar
unos cuantos años más enfrentándose al desgaste que suponen las extensas giras,
ha de aferrarse a unas medidas que les garanticen un porvenir digno arriba del
escenario. La edad no perdona. Brian
Johnson tiene ya 68 años, pero Angus
tiene ocho menos que él. Además, un guitarrista puede cambiar las cuerdas de
su instrumento, las otras cuerdas, las vocales, no pueden sustituirse. Aquí
podría estar la clave. Posiblemente, estas serían las miras de futuro de una
lucrativa empresa llamada AC/DC: rejuvenecer
la plantilla a fin de exprimir el limón todo lo que se pueda. Y si no te
quieres imaginar a los australianos sin Brian
al frente, pasa de escuchar los discos que grabaron con Bon Scott. El único miembro irremplazable de la banda es Angus Young, así ha sido y así será
siempre. Es lo que hay. Por esto, no sería de extrañar lo que pueda acontecer
en un futuro inmediato.
Pero ahora viene lo gordo. El caso es que se da por hecho que Axl Rose va a ser el vocalista sí o sí
(y tiene toda la pinta de que será él quien complete el tramo de gira
norteamericano, que no el restante). Y partiendo de esa esperpéntica base, la
imaginación se desborda colmando el disparate hasta extremos insospechados. Que
si tal le ha dicho esto a Pascual, que si una fuente anónima no sé qué… o lo
más irrisorio; que habrá gira conjunta con GUNS
N´ ROSES con Axl haciendo
doblete. Ya sólo falta que digan que Johnson
se las pira para poder dedicarse más a su empresa de champú o que Julio Iglesias también se siente
preparado para el puesto.
Definitivamente, toda esta
dejadez por parte del grupo ante la polvareda que se está levantando por tan
desmesurada rumorología no le deja en buen lugar con su público. Independientemente de que Johnson sea sustituido o no, por lo que
AC/DC es y lo que representa para
una multitud de personas, deberían emitir un mísero comunicado aclarando
ciertos aspectos, aplastando rumores insufribles y dando un toque de cordura a
este sinfín de gilipolleces que se están convirtiendo en virales. Aquellos que
les encumbraron merecen una explicación. Los fans merecen un respeto.
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