martes, 2 de agosto de 2011

JUDAS PRIEST + MOTÖRHEAD + SAXON, La Cubierta, Leganés, Madrid, 30-07-11. Crónica de Diego González.


Dos días antes de la fecha fijada para este concierto se conocía la noticia de que las entradas se habían agotado. Es, por tanto, que el ambiente que se iba a respirar en los aledaños del Multiusos La Cubierta de Leganés sería el de que un evento grande iba a acontecer. Se presagiaba una noche inolvidable de Heavy Metal. Con tres verdaderas leyendas como JUDAS PRIEST, MOTÖRHEAD y SAXON que, pese a tocar en tres puntos más de la geografía española, lograron llenar un recinto que dio la impresión de registrar más gente de la que debiera, acarreando algunas de las consecuencias que uno puede imaginar dentro de los que supone un local desbordado.


Siempre han sido una garantía y esta vez no fue distinto. SAXON siempre están bien en directo, dispongan del tiempo que dispongan. Esta vez, una hora clavada.


El nuevo single de la banda, “Hammer Of The Gods” fue la primera pieza en sonar, con una buena respuesta por parte del público. No había que tardar en meterse al público en el bolsillo y qué mejor que “Heavy Metal Thunder” para desatar la locura colectiva, manteniendo los niveles de euforia con “Never Surrender”. Retornan a su legado más inmediato con “Chasing The Bullet”. Los temas nuevos se alternaban con clásicos para no dejarse venir abajo la actuación. De este modo caen “Motorcycle Man” y “Back In `79”. Esta última canción, sospechosamente compuesta para el directo, era de cajón que se incluyera en el repertorio. Al menos a mí, me sigue pareciendo de los cortes más soporíferos e incorpóreos que ha compuesto la banda inglesa en años.


No puedo decir lo mismo del siguiente tema, “Demon Sweeny Tod”, ni de la solvencia de la banda. Biff Byford (60 castañas) se mostraba elegante y correctísimo en la interpretación en todo momento, el dúo Scaratt/Quinn en su eficiente línea, el bajista Nibbs Carter desatado en todo momento y el batería Nigel Gockler tendría su especial momento de protagonismo con su solo de batería justo después de que sonara el mentado “Demon Sweeny Tod”. Posteriormente, la banda al completo regresara a las tablas para presentar el tema que da título a su último trabajo, “Call To Arms”. Indudablemente, los temas más recientes tienen menos tirón entre los asistentes. El vocalista nos recuerda aquel Monsters Of Rock de Donington, en el año 1980, en el que aparte de grandes bandas como RAINBOW, JUDAS PRIEST o SCORPIONS, entre otros, allí también estuvieron unos SAXON que comenzaban a dar mucha guerra. Esa experiencia es la que rememora este tema que lleva por título “And The Bands Played On”. Inconmensurable. Estamos en una apasionante recta final. La magia de “Crusader” pone patas arriba el recinto, con Byford y Quinn como únicos focos de atención arranca, como siempre, una fantástica “Princess Of The Night”, dejando para el cierre dos clásicos imperecederos como “Denim And Leather” y “Wheels Of Steel”. Otro conciertazo más de los británicos.


Quizá si hubieran acortado la lista de temas del nuevo álbum en favor de una mayor batería de clásicos podríamos haber dicho tranquilamente que fueron lo mejor de la velada. Este es el único pero que se les puede poner, si es que se puede. SAXON son un seguro de vida.

Setlist SAXON, 30 de julio de 2011, La Cubierta, Leganés, Madrid:

-Hammer Of The Gods.
-Heavy Metal Thunder.
-Never Surrender.
-Chasing The Bullet.
-Motorclycle Man.
-Back In ´79.
-Demon Sweeney Tod.
-Drum Solo.
-Call To Arms.
-And The Bands Played On.
-Crusader.
-Princess Of The Night.
-Denim And Leather.
-Wheels Of Steel.



MOTÖRHEAD estuvieron en su línea habitual también, aunque fueron los más afectados con el sonido de La Cubierta. Las primeras canciones la voz de Lemmy no se oía como debiera. Colocándome estratégicamente en un punto donde SAXON sonó bien y JUDAS PRIEST tres cuartos de lo mismo más tarde (hasta que cerraron la cúpula), no me queda sino deducir que la banda de Lemmy fue la más aquejada por las deficiencias acústicas de ‘nuestro’ querido recinto. Esto también es muy achacable al ya de por sí sonido crudo, sucio y macarra que busca MOTÖRHEAD en detrimento de uno más limpio.


Como siempre, el señor Kilmister saludó a la concurrencia nada más posicionarse en el escenario, soltando esa frase célebre en los inicios de sus conciertos: “We are Motörhead and we play rock and roll”. “Iron Fist” inició la carrera de temas, que continuaba con “Stay Clean”. Tristemente, la voz en estos primeros compases no se apreciaba del todo bien. “Get Back In Line” era la primera concesión al nuevo álbum del conjunto. Lemmy, como de costumbre, sin apenas salirse de su espacio enfrente del micrófono, mientras que Phil era el que se paseaba por el escenario al tiempo que exhibían piezas como “Metropolis”, “Over The Top” o “One Man Stands”, tras la cual llegaría el primer solo, el de guitarra. Seguidamente, con “The Thousand Names Of God” y “I Know How To Die”, daban carpetazo a la interpretación de los relativos temas más recientes e iniciaban una concatenación de clásicos tales como la inigualable “The Chase Is Better Than The Catch”, la rocanroleara “Going To Brazil” o la decididamente metálica “Killed By Death”.


A mitad de “In The Name Of Tragedy”, Campbell y Kilmister dejan a Mickey Dee golpeando sin piedad su kit de batería. El percusionista luce espectacular en un solo en el que acabó por lanzar las baquetas hacia atrás con una celeridad de un rayo antes de continuar dibujando la base rítmica del inconcluso tema una vez se vio acompañado por sus camaradas en el escenario. La siguiente canción que escuchamos no necesita presentación, y ni falta que hace. Así lo suele percibir el trío. “Ace Of Spades” hace enloquecer al público en el foso, pese a que el sonido era evidentemente mejorable. E igual que se presentan se despiden. “And don´t forget it, we are Motörhead and we play rock and fucking roll”, dice Lemmy antes de que su banda dispare la última bala con “Overkill”, tema que se alargó un poco más debido ya que el solo de guitarra del final no sonó por un problema técnico de Phil Campbell, que hacía gestos inequívocos a Mickey Dee para que siguiera explayándose a los tambores. Subsanado el percance con la prontitud que se le supone a una banda de este calibre, no tarda en sonar el definitivo punteo. Hubiera sido una jodienda que las últimas notas del último tema no las hubiéramos disfrutado. Y hasta aquí llegaba la hora y cinco minutos que duró la actuación de MOTÖRHEAD.


Setlist MOTÖRHEAD, 30 de julio de 2011, La Cubierta, Leganés, Madrid:

-Iron Fist.
-Stay Clean.
-Get Back In Line.
-Metropolis.
-Over The Top.
-One Man Stands.
-Guitar Solo.
-The Thousand Names Of God.
-I Know How To Die.
-The Chase Is Better Than The Catch.
-Going To Brazil.
-Killed By Death.
-In The Name Of Tragedy (w/ drum solo).
-Ace Of Spades.
-Overkill.



Después de haber disfrutado de dos leyendas vivientes, le tocaba el turno al principal reclamo de la velada, JUDAS PRIEST. Uno de los acicates para el personal, aparte de suponer su gira de despedida, era que iban a interpretar al menos un tema de cada uno de sus álbunes (obviando la era Owens). Un repertorio trufado de éxitos que, entre pitos y flautas, nos mantuvo dos horas y cuarto con los sentidos puestos sobre el desarrollo de la actuación de una de las bandas de Heavy Metal más grandes de todos los tiempos.


El brutal montaje escénico que llevan para esta gira no escatimaría en espléndidos juegos de luces o vistosos fuegos artificiales, pero antes de descubrirse de cara a los asistentes, el escenario se cubría con una gigantesca lona en la que rezaba la palabra “epitaph”. Todo señalaba que se ultimaban los preparativos para el arranque de la actuación más esperada de la noche. Así es cuando se apagan las luces y comienza a sonar la introducción, “Battle Hymns”,y justo en el momento en que se disparan las líneas vocales de “Rapid Fire” cae el enorme telón de “Epitaph” descubriendo a la banda. “Pounding the world like a battering ram”, así irrumpían en el esceario los JUDAS, sonando potentes y bien. Y sin respiro, nos adentramos de lleno en “Metal Gods”, prolongando un comienzo grandioso, con Halford tirando de repertorio coreográfico. Entre vítores y aplausos, el conspicuo cantante se dirige por primera vez a concurrencia para saludar y alentar al personal: “The Priest Is Back…are you ready, everybody ready, let´s go”. “Heading Out To The Highway” es la siguiente en caer. Todo sobre ruedas en este comienzo de bolo. La portada de “Angel Of Retribution” hace presagiar la procedencia del nuevo corte, que no es otro que “Judas Is Rising”. Halford pasa ahora a presentarnos un corte que, como él bien indica, proviene del álbum “Sin After Sin”; una de las joyas rescatadas para esta gira, “Starbreaker”, que sonó fabulosa.

Ahora el dúo de hachas, que no se prodiga mucho en compartir notas en la cercanía, se posiciona en primera fila para que sus guitarras le den la bienvenida a  “Victim Of Changes”. Supondría otro gran momento. Halford sale airoso dentro de la dificultad que entraña este tema con testada maestría. Richie Faulker se luce en un solo que interpreta a su manera, mas ya nos damos cuenta que los punteos de este chico no tenían la claridad y el volumen con los que sonaban los de Tipton, sin ir más lejos.

Una canción de las que requería charla introductoria por su naturaleza sorpresiva dentro de un setlist de JUDAS PRIEST fue “Never Satisfied”. Así lo entendió Halford. Muchos años han tenido que pasar hasta que la banda recuperara en vivo uno de los temas de aquel lejanísimo “Rocka Rolla”. La pieza sonó muy bien adaptado a estos tiempos, sonando completamente atemporal. Como lo es la siguiente que el vocalista presentó como “una bonita canción”, “Diamonds & Rust”, cuya primer tramo suena lento con Faulkner a la guitarra acústica. Ya en su parte eléctrica también notamos que la tocan más ralentizada y ese “diamonds, diamonds and rust” definitivo, aquella estrofa en la que hay que subir considerablemente el tono, el bueno de Halford se escaquea sin titubear e invita al público a que lo cante.


Seguimos con “The Prophecy” y con el fondo de armario del señor Halford otra vez al descubierto. Ahora retoma su atuendo de encapuchado de color plata, al tiempo que ase esa especie de vara rematada en una insignia de la banda que albergaba sorpresa pirotécnica, y que ya usaran en la gira del “Priest Fest”. Realmente, el escenario era una pasada y los efectos visuales también. Un montaje muy logrado en el que no se demoraría la presencia del “rondador nocturno”. Pero “Night Crawler” saca a relucir las carencias actuales de Rob Halford: “As night is falling, the end is drawing near, they´ll here, they´re last rites echo on the wind” suena lamentable, su voz se resquebraja y le cuesta hasta vocalizar. Y no se trata de ser duro con el grupo, simplemente creo que es justo resaltar tanto los aciertos como los patinazos.

La pantalla de fondo presenta entonces la portada del disco “Turbo”. Sin más dilación, el sonido de “Turbolover” inunda el local. Este sí suena bien, con Halford recobrando aire antes de que deleiten con una de las mejores apuestas de la noche por relevancia y ejecución: “Beyond The Realms Of Death”, con la que vuelve a mostrar a JUDAS PRIEST en todo su esplendor, justo en el momento en que la cúpula del recinto estaba cerrándose y el ambiente se iba tornándose más caluroso si cabe. De nuevo, el dúo de guitarras como protagonistas en la primera línea de ataque, dando forma a los primeros compases de “The Sentinel”, otra de las pruebas de fuego para Halford, dejando entrever que al estribillo llega de lo más forzado, costándole más de la cuenta.


Poco a poco, notamos las consecuencias de techar La Cubierta. El sonido comienza a perder enteros, si bien es cierto que hasta antes la banda había estado sonando bastante bien. “Blood Red Skies” es el tema elegido del “Ram It Down”, un medio tiempo a priori asequible para las condiciones actuales de la voz de Rob, factible hasta que ha de cantar eso de “If that's my destiny, it'll have to be, so I'll face the future, running out of time, I'm on the line, but I'll go down fighting”. ¡La madre del amor hermoso! ¡Qué horror! Por lo demás, todo correcto, aderezada la música de esta recuperada pieza con un fascinante juego de luces. En “The Green Manalishi (With The Two Pronged Crown)” los coros también son cosa única y exclusivamente de un público entregado.

Al igual que hiciera Byford en el concierto de SAXON, Halford también nos suelta la parrafada de una época que debe resultar nostálgica para los propios músicos. Señalando a la proyección del fondo, que ilustraba la portada del “British Steel”, alude a su año de lanzamiento, 1980, y enumera bandas que junto a ellos mismos comenzaban a despuntar en el Heavy Metal como SAXON, MAIDEN, WHITESNAKE, SCORPIONS, … Sin duda, parte de culpa del despegue definitivo de JUDAS PRIEST lo tendrían temas como el que continuaba engordando el repertorio, “Breaking The Law”. Nuevamente, el vocalista deja cantar al público. Esta vez ¡toda la canción! Zorro viejo, aprovecha el tema para dosificar fuerzas de cara a la siempre desafiante prueba de cantar de cantar “Painkiller”, que sería la siguiente y además iría precedida de un descanso de los músicos mientras que Scott Travis se erige como foco de todas las miradas en un solo que iría directamente a fusionarse con “Painkiller”. Halford capeó el temporal como buenamente pudo, salvando el tema a duras penas. No es que lo cantara bien, es que al menos no hizo el ridículo como en otras ocasiones y sí, fue uno de los mejores Painkillers de la gira. Pasado este difícil trago llegan los bises.

“The Hellion” anuncia el inminente regreso del grupo y de la puesta en escena de “Electric Eye”, otro gran momento para un excitante tramo final. Acto seguido, el rugir del motor de una motocicleta advierte de una nueva oleada de Heavy Metal. Se trata de “Hell Bent For Leather”. A lomos de la máquina de acero, Halford canta presentado nuevo atuendo. Sin pausa, suena “You´ve Got Another Thing Coming”, tras la cual la banda se despide, regala púas y baquetas en un fingido conato de conclusión. Pero aún le quedaba un hálito de vida al concierto. Scott Travis se sienta de nuevo tras su kit de batería y, micro en mano, nos comunica que la banda tiene una canción más para nosotros. No podía ser otra que “Living After Midnight”, que el público coreó a voz en grito protagonizando las líneas vocales de gran parte del tema. Así se daba por finalizado el espectáculo.


Resumiendo, una primera parte de show espectacular y una segunda con intermitentes destellos de grandeza, con sus luces y sus sombras. El cansancio o las exigencias vocales de ciertos temas pueden ser causante de este bajón. No obstante, uno de los mejores conciertos de esta gira si uno se pone a echar un vistazo a vídeos o escuchar los bootlegs que hay rondando por ahí. Sabemos que la banda no falla, por mucho que se la note más desunida, y de la actuación del “Metal God” depende en gran parte el sabor de boca que le deja a uno un concierto actual de JUDAS PRIEST. Halford dosifica cada vez que puede, entra y sale en incontables ocasiones y empieza algunos temas casi en la penumbra de detrás del escenario. Su latigazo de fuerza vocal sufre ahora los azotes del tiempo (el próximo 25 de agosto cumple 60 años), pero demuestra que aún mantiene, aunque sea a ráfagas, ese toque mágico en su garganta que hace que se nos erice el vello y que uno se enorgullezca de llamarse heavy. Sinceramente, creo que a día de hoy no se le puede pedir más a esta banda.

Tampoco quiero dejar de reseñar la actuación del guitarrista Richie Faulkner. Válgame la obviedad, pero no es KK Downing. Amolda los solos a su estilo, se acerca demasiado a las primeras filas cobrando un protagonismo que ni Tipton tiene, y menos Ian Hill, que se encuentra siempre ahí esquinado. Por otro lado, noté que no existe esa conexión, esa complicidad con sus compañeros. Me faltó esa estampa, esa pose del heavy metal de la que JUDAS PRIEST son los auténticos abanderados. Está claro que el chaval no tiene culpa de nada pero a muchos nos vence la nostalgia.


¿Su último concierto por aquí? No tengo dudas de que volveremos a ver a la banda en directo. Si este concierto hubiera sido un desastre, si este tour hubiese sido un fracaso, quizá pensaría otra cosa, pero al menos en este tramo de gira la banda se encuentra a un nivel digno y JUDAS PRIEST es un nombre con tanto peso en la escena que siempre tendrá una fuerte demanda. Sinceramente, no creo que no se vean en la tesitura de no rentabilizar una decadencia traducida en un puñado de conciertos de verdadero adiós y de lucrativa perspectiva, siempre y cuando no lo impidan causas de fuerza mayor. De momento, han logrado reconciliarse con muchos escépticos, con aquellos que piensan que la banda ya no está para muchos trotes, logrando, al menos, que un servidor y muchos más repitan cuando su retorno sea encabezando un festival de los tochos.

Setlist JUDAS PRIEST, 30 de julio de 2011, La Cubierta, Leganés, Madrid:

-Battle Hymns (intro).
-Rapid Fire.
-Metal Gods.
-Heading Out To The Highway.
-Judas Is Rising.
-Starbreaker.
-Victim Of Changes.
-Never Satisfied.
-Diamonds & Rust.
-The Prophecy.
-Night Crawler.
-Turbolover.
-Beyond The Realms Of Death.
-The Sentinel.
-Blood Red Skies.
-The Green Manalishi (with the…)
-Breaking The Law.
-Painkiller.
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-The Hellion / Electric Eye.
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-Hell Bent For Leather.
-You´ve Got Another Thing Coming.
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-Living After Midnight.

6 comentarios:

  1. Muy buena y detallada de cojones. Coincido en casi todo.

    Pedro A.

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  2. Yo estube y mira a sido el mejor concierto que e visto sin duda todos espectaculares en espcial
    Judas!!!!

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  3. Genial la crónica... Una errata: cuando hablas de Motorhead mencionas la canción "In The Name Of Tragedy" pero luego en el setlist no aparece... ¡¡Wheels of Steel!!

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  4. Muchas gracias.

    Ya está subsanado el fallo.

    Un saludo.

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  5. estuve alli y solo puedo decir que estoy de acuerdo en todo menos en lo que dices sobre saxon.ninguno de los 4 temas que tocaron del nuevo disco sobraba en el set list, incluso eché de menos un par de ellos mas.el que incluyan tantos temas nuevos en un repertorio tan ajustado de tiempo indica que confian plenamente en su nuevo trabajo...por que al fin y al cabo es de lo mejor desde hace bastante tiempo, y es que no por llevar mas doble bombo se es mas heavy (opinion personal)

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  6. Yo estuve en el de Badalona y evidentemente muchas diferencias entre un concierto y otro no habrá. En Badalona el sonido fue bastante bueno y no hubo problemas de presunta sobreventa de entradas. El concierto fue para enmarcarlo. Seis horas que se me hicieron cortas. Saxon me gustaron mucho y las canciones del último disco no desentonan en absoluto. Motörhead, sin sorpresas. Eso sí, mención especial para Mikkey Dee. ¿Cuánto le deben durar los parches a este hombre? ¡Qué máquina de aporrear! Y los Judas dejando el listón bien alto. Yo soy de los que les parece bien la entrada de Richie Faulkner. Es bueno y tiene ganas de agradar, aparte de que se le ve encantado de tocar con sus ídolos. El señor Downing ha dejado la banda por propia voluntad. Gran concierto. Salud y larga vida al metal

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